Amazon bajo presión: caída en bolsa, crisis global y dudas sobre el consumo digital en 2025

Elena Digital López

Amazon, el gigante del comercio electrónico y los servicios en la nube, no escapa a la tormenta que sacude a las grandes tecnológicas en este arranque de 2025. Sus acciones han retrocedido más de un 19 % en lo que va de año, pasando de rozar los 190 dólares a situarse en torno a los 153 dólares actuales. Esta pérdida se traduce en más de 300.000 millones de dólares evaporados en capitalización bursátil. Un desplome que refleja el nerviosismo inversor ante un escenario marcado por tensiones comerciales, riesgos regulatorios y dudas sobre el crecimiento global del consumo.

Resultados financieros sólidos, pero sin entusiasmo

En su último reporte trimestral, correspondiente al Q4 2024, Amazon logró superar las previsiones con unos ingresos de 170.000 millones de dólares (+13 % interanual) y un beneficio neto de 10.600 millones de dólares. Su división estrella, AWS (Amazon Web Services), sigue siendo el motor de rentabilidad de la compañía, generando más de 24.000 millones de dólares en ingresos, lo que representa casi el 14 % del total.

Sin embargo, a pesar de estos resultados positivos, el mercado ha reaccionado con frialdad. Los inversores parecen descontar ya que el ritmo de crecimiento podría desacelerarse en los próximos meses ante un entorno más restrictivo a nivel económico y geopolítico.

La guerra de aranceles golpea al comercio digital

Uno de los elementos clave que explican la reciente caída de Amazon en bolsa es la nueva oleada de medidas proteccionistas anunciadas por el expresidente Donald Trump. La imposición de aranceles del 54 % a los productos importados desde China ha disparado las alarmas en sectores fuertemente dependientes del comercio global, como el de Amazon.

China, que ya ha respondido con aranceles del 34 % sobre productos estadounidenses, representa uno de los principales polos de fabricación de los millones de artículos que se venden a través de la plataforma de Amazon. Aunque la compañía ha trabajado en diversificar su cadena de suministro en países como India o Vietnam, el impacto logístico y de costes es evidente.

Además, la subida de precios derivada de estos aranceles podría frenar la demanda de los consumidores, especialmente en sectores como electrónica, ropa o productos para el hogar. Para Amazon, cuyo modelo se basa en márgenes ajustados y envíos masivos, cualquier distorsión en la cadena de distribución es un golpe directo a su eficiencia operativa.

AWS aguanta, pero el mercado cloud se enfría

Amazon Web Services continúa liderando el mercado global de infraestructura cloud, por delante de Microsoft Azure y Google Cloud. No obstante, los últimos informes del sector indican una desaceleración en el ritmo de crecimiento de la nube pública, especialmente en EE.UU. y Europa. La presión de precios, la competencia cada vez más agresiva y la búsqueda de ahorro por parte de las empresas están afectando los ingresos por cliente.

Aun así, AWS sigue siendo clave para sostener los beneficios de Amazon. En el último trimestre, esta división aportó más del 60 % del beneficio operativo de la compañía. La gran pregunta es si podrá mantener esa rentabilidad si el crecimiento se estabiliza por debajo del 10 % en los próximos trimestres.

El consumo digital se resiente

Otro factor que pesa en el ánimo inversor es la posible saturación del modelo de consumo digital. Durante la pandemia, Amazon experimentó un auge sin precedentes, pero 2023 y 2024 ya mostraron señales de estabilización. Las cifras de Prime Day o Black Friday, aunque positivas, no alcanzaron las expectativas infladas por años anteriores.

En 2025, con la inflación presionando los bolsillos de los consumidores y una confianza económica en retroceso, el crecimiento en ventas minoristas podría frenarse. Además, la competencia de marketplaces asiáticos como Temu y Shein empieza a hacer mella en determinadas categorías.

El riesgo regulatorio sigue presente

Como otras grandes tecnológicas, Amazon también está bajo la lupa de los reguladores en Estados Unidos y Europa. En la UE, la Ley de Mercados Digitales (DMA) obliga a Amazon a modificar cómo muestra productos propios frente a los de terceros vendedores. Y en EE.UU., la FTC sigue adelante con investigaciones sobre presuntas prácticas anticompetitivas en logística y datos de vendedores.

Estas amenazas legales podrían suponer no solo multas millonarias, sino también restricciones a su modelo de negocio, particularmente en el marketplace y la distribución.

¿Oportunidad de compra o terreno incierto?

A pesar del entorno negativo, hay analistas que ven en esta caída bursátil una posible oportunidad. Amazon sigue siendo una de las empresas más diversificadas y resilientes del mundo, con presencia en sectores estratégicos como la nube, la inteligencia artificial, el streaming, la logística y la robótica.

El valor a largo plazo sigue intacto para muchos expertos, aunque reconocen que el camino será más lento y accidentado. Para inversores con un horizonte de inversión de varios años, los niveles actuales podrían ser atractivos si Amazon logra superar esta fase de turbulencias.

Conclusión

Amazon enfrenta en 2025 un triple desafío: los efectos de la guerra comercial global, una desaceleración del consumo digital y la presión regulatoria. Sin embargo, su solidez operativa, la fortaleza de AWS y su capacidad de adaptación siguen siendo activos poderosos. Si logra navegar con éxito esta tormenta, como ya lo hizo en crisis anteriores, podría emerger aún más fuerte.

Por ahora, el mercado permanece en modo “esperar y ver”. La volatilidad seguirá presente en las próximas semanas, pero el verdadero desenlace dependerá de cómo evolucione el conflicto arancelario y de si Amazon es capaz de reinventarse —una vez más— frente a los nuevos retos.

Scroll al inicio