El Departamento de Justicia de EE.UU. exige a Google la venta de Chrome para frenar su monopolio

El dominio absoluto de Google en el ámbito de la navegación web está llegando a un punto crítico. El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) ha solicitado oficialmente al juez Amit P. Mehta que ordene a Alphabet —la empresa matriz de Google— vender su navegador Chrome a una compañía rival. La petición llega como parte de la demanda antimonopolio que el gobierno estadounidense mantiene contra el gigante tecnológico y representa el paso más contundente hasta la fecha para frenar su posición dominante en el mercado.

Con una cuota de mercado cercana al 66 %, Chrome es el navegador más utilizado del mundo, seguido de lejos por Safari, que alcanza un 18 %. Navegadores como Firefox apenas representan un 2,63 %, mientras que alternativas como el navegador de Samsung y Opera superan por poco el 2 %. Esta concentración de poder ha llevado al DOJ a calificar a Google como «un Goliat económico que causa estragos en el mercado».

La venta inmediata de Chrome: una exigencia sin precedentes

El Departamento de Justicia ha argumentado que las prácticas de Google, especialmente los acuerdos multimillonarios con fabricantes para preinstalar su navegador en dispositivos Android, han asfixiado a la competencia. Aunque previamente el DOJ había pedido que la compañía cesara estos acuerdos, ahora va un paso más allá: exige que Google se deshaga completamente de Chrome, transfiriendo todos sus derechos a un comprador previamente investigado y aprobado por las autoridades regulatorias.

La intención es que el nuevo propietario de Chrome no genere una nueva concentración de poder, sino que permita reequilibrar el mercado. El DOJ sostiene que la venta de Chrome es el único camino posible para restaurar la competencia en el sector de las búsquedas y la navegación web, donde Google también domina con su motor de búsqueda, reforzado por su navegador.

Google niega las acusaciones, pero sin argumentos sólidos

Por su parte, Google continúa negando haber cometido prácticas ilegales y advierte de que la venta de Chrome podría tener consecuencias negativas tanto para el mercado como para los consumidores. La empresa argumenta que su navegador es clave para la innovación y la seguridad en la navegación, y que su fragmentación afectaría la experiencia de usuario.

Sin embargo, estas defensas no parecen suficientes para frenar la presión creciente. El año pasado, el Tribunal ya falló a favor del Departamento de Justicia en una demanda previa, lo que aumenta las posibilidades de que esta nueva petición de venta forzada prospere.

Un precedente que podría transformar el mercado

Si el DOJ consigue su objetivo, estaríamos ante un hito histórico en la regulación del poder de las grandes tecnológicas. La venta de Chrome obligaría a Google a reestructurar su posición en el mercado, abriendo nuevas oportunidades para competidores y modificando el panorama digital a escala global.

El desenlace de este proceso podría marcar un antes y un después en la lucha contra los monopolios tecnológicos, y tanto el mercado como los usuarios están a la espera de la resolución judicial que podría transformar el futuro de la navegación web tal y como la conocemos.

Referencias: El Chapuzas informático y TechSpot

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