El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) ha reafirmado su postura de que Google debe deshacerse de su navegador Chrome, con el objetivo de reducir su dominio en el mercado de búsquedas y publicidad digital. La solicitud, presentada en una actualización judicial el pasado 7 de marzo, busca impedir que la empresa mantenga prácticas anticompetitivas y garantizar un entorno digital más equitativo.
Esta propuesta, que ya había sido planteada en 2023, cobra ahora mayor relevancia debido a la evolución del caso antimonopolio contra Google. Aunque en su momento la recomendación parecía improbable ante un posible cambio de administración en la Casa Blanca, las recientes acciones del DOJ indican que la presión regulatoria sobre la compañía no cederá fácilmente.
Un monopolio bajo escrutinio
El caso contra Google ha estado en desarrollo durante años. El 5 de agosto de 2024, el juez Amit P. Mehta determinó que la compañía mantenía un monopolio ilegal en los mercados de búsqueda en línea y publicidad digital. Posteriormente, en noviembre, el DOJ propuso medidas estructurales para reducir este dominio, entre ellas la venta de Chrome.
Según el Departamento de Justicia, Google ha usado su posición dominante para reforzar su control sobre el mercado, asegurándose de que su motor de búsqueda sea el predeterminado en la mayoría de dispositivos y navegadores. Omeed Assefi, en representación del DOJ, señaló en el documento judicial:
«La conducta ilegal de Google ha creado un gigante económico que distorsiona el mercado para garantizar que, pase lo que pase, Google siempre gane.»
Las autoridades consideran que vender Chrome es clave para reducir la influencia de Google en la búsqueda en línea. Con su navegador controlando aproximadamente dos tercios del mercado, la empresa puede priorizar su motor de búsqueda, limitando las oportunidades para la competencia.
¿Qué exige el DOJ?
El DOJ ha propuesto una serie de medidas destinadas a frenar el dominio de Google en el sector digital. Entre las más relevantes se incluyen:
- Venta obligatoria de Chrome: Google deberá deshacerse de su navegador para impedir que continúe favoreciendo su motor de búsqueda en dispositivos y computadoras.
- Prohibición de pagos por distribución exclusiva: Google no podrá pagar a fabricantes como Apple para ser el motor de búsqueda predeterminado en sus dispositivos.
- Posible desinversión en Android: Si otras medidas no son suficientes para restaurar la competencia, el DOJ podría exigir que Google venda su sistema operativo Android.
- Restricciones en acuerdos con editores: Google no podrá firmar contratos que limiten la posibilidad de que sitios web licencien sus datos a otros motores de búsqueda o empresas de inteligencia artificial.
- Mayor transparencia y acceso a datos: Se exigirá que Google comparta información clave con sus competidores en los sectores de publicidad y búsqueda para equilibrar el mercado.
- Implementación de pantallas de elección: Todos los dispositivos y navegadores con Google preinstalado deberán ofrecer a los usuarios la opción de elegir su motor de búsqueda preferido.
- Supervisión y cumplimiento: Se establecerá un comité técnico y un oficial de cumplimiento para garantizar que Google respete las nuevas regulaciones.
Google responde y apela la decisión
Google ha rechazado las medidas propuestas y ha anunciado su intención de apelar la decisión judicial. En una declaración a Reuters, la empresa afirmó que las restricciones planteadas por el DOJ exceden la resolución de la Corte y podrían perjudicar tanto a los consumidores como a la economía estadounidense.
En diciembre de 2024, Google presentó su propia propuesta basada en tres pilares:
- Modificaciones en los acuerdos de distribución de navegadores para evitar prácticas exclusivas.
- Cambios en los contratos de Android para ofrecer más opciones de búsqueda.
- Un sistema de supervisión para garantizar el cumplimiento de las normativas sin necesidad de una desinversión total.
Sin embargo, el DOJ ha mantenido su exigencia de que la compañía se desprenda de Chrome, aunque ha suavizado su postura en relación con la inteligencia artificial. En lugar de exigir la venta de las inversiones en IA de Google, ahora solo se requerirá una notificación previa de futuras adquisiciones.
Google tendrá la oportunidad de presentar su defensa ante el juez Mehta en abril de 2025, con la esperanza de revertir la sentencia y evitar la fragmentación de su ecosistema digital.
Impacto de la posible venta de Chrome
Si el DOJ logra imponer la venta de Chrome, el impacto en el mercado tecnológico sería significativo. Al desprenderse del navegador, Google perdería un canal clave para dirigir tráfico a su motor de búsqueda, lo que abriría oportunidades para competidores como Microsoft Bing, DuckDuckGo o startups emergentes.
A nivel de usuarios, el cambio podría significar una mayor diversidad en los motores de búsqueda predeterminados en dispositivos y una posible evolución en la forma en que los navegadores manejan la publicidad y los datos de los consumidores.
Por otro lado, la posible venta de Android, aunque aún no confirmada, representaría un golpe aún mayor para Google, que utiliza su sistema operativo como un pilar central de su negocio digital. En este sentido, la batalla legal en curso será determinante para el futuro de la compañía y del ecosistema de búsquedas en internet.
Conclusión
El Departamento de Justicia de EE.UU. ha reforzado su postura contra Google, insistiendo en la venta de Chrome como parte de un esfuerzo más amplio para reducir su dominio en el mercado digital. La empresa enfrenta una presión sin precedentes, con el riesgo de tener que desinvertir en algunas de sus propiedades más estratégicas.
A medida que se desarrolla el caso, la industria tecnológica observa con atención, ya que una decisión en contra de Google podría sentar un precedente para futuras regulaciones en el sector. La apelación de Google en abril de 2025 será un momento clave en esta disputa legal, en la que se juega no solo el futuro del navegador Chrome, sino también el equilibrio de poder en la economía digital global.