Las organizaciones están adoptando cada vez más un enfoque innovador en el desarrollo de aplicaciones de inteligencia artificial generativa, al implementar múltiples modelos de lenguaje grandes (LLM, por sus siglas en inglés). Aunque un único modelo puede proporcionar buenos resultados, a menudo no es suficiente para abordar toda la variedad de casos de uso y requisitos de rendimiento. Por esta razón, las empresas optan por la estrategia de múltiples LLM, permitiendo seleccionar el modelo más adecuado para cada tarea y optimizar diferentes aspectos como el costo, la latencia o la calidad. Esta estrategia da lugar a aplicaciones más robustas y versátiles, que se adaptan mejor a las diversas necesidades de los usuarios y objetivos comerciales.
Sin embargo, el uso de múltiples modelos presenta un desafío significativo: dirigir cada solicitud del usuario al modelo apropiado. La lógica de enrutamiento debe interpretar correctamente las solicitudes y asignarlas a una de las tareas predefinidas, redirigiéndolas posteriormente al LLM correspondiente. Este enfoque permite manejar distintos tipos de tareas dentro de una única aplicación, cada una con sus propias complejidades y dominios.
Diversas aplicaciones podrían beneficiarse de este enfoque. Por ejemplo, una herramienta para la creación de contenido de marketing necesitaría capacidades como la generación de texto, resumen, análisis de sentimientos y extracción de información. A medida que las aplicaciones van ganando en complejidad de interacción, es crítico que estén diseñadas para manejar diferentes niveles de complejidad de tareas, adaptándose al nivel del usuario. Un asistente de IA que resuma textos debe ser capaz de manejar tanto consultas simples como demandas más complejas, dependiendo del tipo de documento.
Entre los enfoques de enrutamiento existentes, encontramos el enrutamiento estático y el dinámico. El enrutamiento estático resulta útil al implementar interfaces de usuario distintas para cada tarea, permitiendo un diseño modular y flexible. Sin embargo, introducir nuevas tareas podría requerir el desarrollo adicional de componentes. Por su parte, el enrutamiento dinámico es utilizado en asistentes virtuales y chatbots, interceptando solicitudes mediante un único componente de interfaz y dirigiéndolas al modelo más adecuado para la tarea solicitada.
Dentro del enrutamiento dinámico, destacan técnicas como el enrutamiento asistido por LLM, que emplea un clasificador para tomar decisiones de enrutamiento más finas, aunque a un costo superior. Alternativamente, el enrutamiento semántico utiliza vectores numéricos para representar mensajes de entrada, determinando sus similitudes con categorías de tareas predefinidas, siendo particularmente efectivo para aplicaciones que requieren adaptación a nuevas tareas.
Un enfoque híbrido, que combina ambas técnicas, podría proporcionar un enrutamiento más robusto y adaptativo. Sin embargo, implementar un sistema de enrutamiento dinámico requiere un análisis detallado de costos, latencia, complejidad de mantenimiento, y evaluación continua del rendimiento de los modelos utilizados.
En pleno auge, organizaciones están explorando plataformas como Amazon Bedrock, que ofrece un servicio totalmente gestionado de LLM, facilitando el enrutamiento inteligente de solicitudes a diferentes modelos. Esta plataforma permite a los desarrolladores centrarse en la creación de aplicaciones, optimizando costos y calidad de respuesta, con una potencial reducción de costos operativos de hasta un 30%.
En conclusión, el uso de múltiples LLM en aplicaciones de inteligencia artificial generativa expande las capacidades organizativas y mejora la experiencia del usuario. No obstante, el éxito de su implementación depende de una cuidadosa consideración de sus múltiples dinámicas y necesidades.