Google en la cuerda floja: caída en bolsa, tensiones comerciales y el desafío de la inteligencia artificial

Alphabet, la empresa matriz de Google, atraviesa uno de los inicios de año más difíciles desde la pandemia. En lo que va de 2025, sus acciones han caído un 23 %, situándose actualmente en 141,79 dólares, con una capitalización de mercado de 2,02 billones de dólares. Aunque sigue siendo una de las mayores tecnológicas del mundo, la presión externa e interna está empezando a pasar factura.

Resultados sólidos, pero el mercado no perdona

El último informe trimestral de Alphabet (Q4 2024) mostró ingresos por 96.500 millones de dólares, apenas por debajo de las expectativas de Wall Street. Sin embargo, superó las previsiones de beneficio por acción con 2,15 dólares frente a los 2,13 previstos. La división de Google Cloud, uno de los pilares en crecimiento de la compañía, sigue mostrando avances, aunque no al ritmo esperado por los inversores.

Pese a estos resultados, la reacción del mercado ha sido negativa. La explicación parece estar más allá de los números inmediatos y apunta a un cambio de ciclo en la percepción del valor a largo plazo de la compañía.

La tormenta arancelaria de Trump sacude a las tecnológicas

Uno de los principales factores que ha arrastrado a Google —junto a otras grandes tecnológicas como Apple, Microsoft y NVIDIA— ha sido la reciente política arancelaria anunciada por el expresidente Donald Trump. La imposición de un 54 % de aranceles a los productos importados desde China ha provocado una reacción en cadena en los mercados globales. China respondió con tarifas similares del 34 % a bienes estadounidenses, afectando tanto a las cadenas de suministro como a las previsiones de exportación.

Google no produce hardware de forma masiva como Apple, pero depende de numerosos componentes fabricados en Asia y mantiene importantes acuerdos con socios tecnológicos y fabricantes en China y Taiwán. La incertidumbre generada por este entorno ha disparado la volatilidad.

Además, analistas de Jefferies han advertido que este escenario brinda a las tecnológicas “una excusa perfecta para ajustar a la baja sus proyecciones de ingresos y beneficios”, lo que también ha influido en la corrección bursátil. Alphabet, que genera gran parte de sus ingresos mediante la publicidad digital, podría ver mermadas sus cifras en mercados clave si persisten los conflictos comerciales.

La IA: oportunidad y amenaza al mismo tiempo

Aunque Google lleva años a la vanguardia de la inteligencia artificial, la rápida adopción de herramientas como ChatGPT, Claude o DeepSeek está abriendo un nuevo frente: el de la búsqueda generativa. Google Search, su producto estrella, no solo ha dominado el mercado durante décadas, sino que representa buena parte de sus ingresos publicitarios.

Sin embargo, voces del sector comienzan a cuestionar si el futuro de las búsquedas seguirá anclado en los enlaces tradicionales o virará hacia asistentes conversacionales. Algunos analistas han comparado esta situación con el caso de Kodak: una empresa líder que no supo adaptarse a tiempo al cambio tecnológico.

De momento, el negocio de búsquedas de Google sigue siendo sólido, pero el margen de maniobra se reduce. Alphabet ha apostado por Gemini, su nuevo modelo de IA, que ya se ha integrado en servicios como Gmail, Docs o el propio buscador en pruebas. El reto está en combinar la nueva experiencia de usuario sin poner en riesgo su principal fuente de ingresos.

Sombra regulatoria: otro frente abierto

La presión regulatoria tampoco da tregua. Alphabet está inmersa en varias investigaciones antimonopolio tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea. En los últimos meses, se ha intensificado el escrutinio sobre su dominio en el sector publicitario y de búsquedas.

Un reciente informe de JMP Securities rebajó la calificación de sus acciones, alertando sobre el posible impacto de futuras decisiones judiciales en la estructura del negocio de la compañía. Las medidas podrían ir desde multas hasta una eventual obligación de escindir partes de la empresa, algo que los inversores miran con inquietud.

¿Momento de comprar o esperar?

Pese al mal momento bursátil, hay analistas que ven esta caída como una oportunidad de entrada. Alphabet mantiene márgenes robustos, una sólida caja de efectivo y un modelo de negocio diversificado. Su ratio P/E (precio-beneficio) de 21,49 se considera atractivo frente a otras grandes tecnológicas, especialmente en un mercado que se está reajustando a las nuevas reglas del juego.

No obstante, con la incertidumbre arancelaria, el avance de rivales en inteligencia artificial y la amenaza de regulaciones más severas, los próximos trimestres serán decisivos para saber si Google podrá mantener su hegemonía o si esta vez el cambio de ciclo va en serio.

Conclusión: Alphabet sigue siendo una de las empresas más poderosas del planeta, pero 2025 le exige demostrar una capacidad de adaptación y respuesta como no se había visto desde la crisis de 2008. Su futuro dependerá tanto de sus decisiones estratégicas como del devenir político y geoeconómico. La confianza del mercado, por ahora, está puesta a prueba.

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