Se cumplen 60 años del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, que fue el primero transmitido por las cámaras de televisión. El analista de comunicación pública de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, destaca las claves de este excelente estratega de la comunicación y el marketing político cuyas tácticas siguen en vigor en la actual política.
“JFK supo modelar su ´marca´ a través de los medios de comunicación, en especial a través de la televisión. Manejó la estrategia más adecuada en cada momento parar acerca su imagen a la sociedad y, a través de la proximidad, ganarse el respeto y afecto de la ciudadanía a nivel nacional e internacional.
Entre sus logros del marketing político, está el haber sido pionero en convocar ruedas de prensa para manifestar sus opiniones, dirigirse al público en primera persona y saber dar los mejores titulares a los periodistas para ser portada de diarios con sus declaraciones. Fue tan consciente del poder de la imagen que puso en marcha el primer debate electoral transmitido por televisión.
Las campañas más efectivas las dirigió y protagonizó en la calle practicando la comunicación interpersonal cuerpo a cuerpo, dando la mano, abrazando y besando. Kennedy supo ser visionario de la importancia de la comunicación verbal y gestual y tuvo la capacidad de transmitir y convencer ante los micrófonos de la radio y las cámaras de televisión. Su poder de seducción y liderazgo le facilitó conseguir una atracción especial para que sus mensajes calaran en el votante.
Al analizar algunas de sus comparecencias públicas observamos como hace un excelente uso de la voz en tono grave, con diferentes matices que atraen y atrapan la atención de los espectadores. En el aspecto gestual, cuando se coloca delante de una cámara de televisión, muestra las mejores dotes de “comunicador” al saber acompañar el mensaje verbal de una cuidada puesta en escena no verbal de miradas, gestos y movimiento de manos para complementar sus palabras, conseguir captar la atención de los que están en persona en un evento del que es protagonista, y disponer de capacidad de entrar en los hogares familiares a través de la televisión y convertirse en uno más de la casa. Eso es habilidad adquirida y a la vez es cualidad innata en él. Trabajó su imagen de manera especial en la forma en que vestía de manera formal, como se movía en los espacios abiertos y caminaba con paso firme y seguro.
JFK fue brillante en todos los aspectos de la comunicación. Sabía controlar muy bien la proyección de su marca personal; desde como empleaba la sonrisa para conquistar, hasta cuidar especialmente los mensajes para ser cercano y llegar a calar emocionalmente en las personas. Al cumplirse seis décadas de su fallecimiento, aún siguen vigentes sus teorías y prácticas de marketing político que ya son de manual”.
Autor de esta publicación
Julio García Gómez, experto en comunicación pública y expresión verbal y gestual. Director de comunicación de la Fundación Economía y Salud y Fundación Casaverde. Analista de personajes de actualidad en televisión, radio y demás medios de comunicación. Licenciado en Ciencias de la Información. Universidad Complutense.
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