La clave para una reunión efectiva: escuchar de verdad

En el entorno empresarial actual, las reuniones son una parte fundamental del día a día. Ya sea que se trate de sesiones de trabajo colaborativas, presentaciones de propuestas, retroalimentaciones de proyectos o entrevistas, el objetivo principal de estas reuniones es claro: compartir información, coordinar esfuerzos y alcanzar objetivos comunes. Sin embargo, a pesar de los múltiples recursos y consejos que existen sobre cómo hacer una reunión productiva, muchos de ellos resultan ser poco útiles en la práctica.

Un aspecto clave que, a menudo, se pasa por alto es la importancia de escuchar de verdad. No se trata solo de tener una actitud receptiva hacia quien habla, sino de involucrarse activamente en lo que se está comunicando. Esta habilidad es fundamental para que una reunión sea realmente productiva y, sobre todo, para que todos los participantes se sientan valorados y escuchados.

Escuchar no es solo escuchar

En muchas ocasiones, podemos estar mirando a alguien a los ojos mientras nos dicen algo, pero nuestra mente está en otro lugar. Para que la escucha sea efectiva, se deben cumplir una serie de pautas que van más allá de simplemente estar presente en el momento.

  1. Mirar a los ojos: Para que el acto de escuchar sea genuino, es crucial mirar a los ojos de la persona que está hablando. Este contacto visual no solo muestra interés, sino que también permite captar mejor las emociones que puede estar transmitiendo a través de su lenguaje corporal.
  2. Hacer preguntas: En reuniones donde se emplean terminologías técnicas o conceptos complejos, es fundamental no dudar en hacer preguntas. Preguntar algo tan simple como “¿qué significa este término?” o “no estoy seguro de haber entendido bien, ¿puedes explicarlo de nuevo?”, demuestra un interés real por comprender. Además, quien habla agradece mucho esta actitud, ya que se percibe como una señal de respeto y de querer entender a fondo lo que se está compartiendo.
  3. Leer el lenguaje corporal: Escuchar de verdad no implica solo oír lo que se dice. Gran parte de la información se encuentra en lo que no se dice: en el tono de voz, los gestos y las posturas de quien está exponiendo sus ideas. Si bien es tentador centrarse en tomar notas durante una reunión, esto puede restar atención a estos detalles no verbales. Prestar atención al lenguaje corporal es esencial para comprender la comodidad o incomodidad de los participantes y las dinámicas de la reunión.
  4. No interrumpir: La paciencia es esencial en cualquier reunión. Aunque sea tentador intervenir para aclarar algo, es importante dejar que cada persona termine su exposición antes de responder. Esto permite que cada uno se exprese sin prisas y que el flujo de la reunión se mantenga ordenado.
  5. Formular preguntas más interesantes: Cuando escuchamos de verdad, nuestras preguntas serán más profundas y relevantes. A medida que nos adentramos en la conversación, surge la oportunidad de cuestionar aspectos clave de la discusión y aportar valor a la conversación, lo que contribuye a una toma de decisiones más informada.

El poder del sentimiento de ser escuchado

Escuchar de forma activa tiene un impacto considerable en la dinámica de una reunión. Aquellas personas que se sienten realmente escuchadas y valoradas en una reunión tienden a comprometerse más con el objetivo común y a ser más colaborativas en el futuro. Además, este tipo de interacción genera un ambiente de empatía y confianza que es esencial para el trabajo en equipo.

Cuando alguien siente que su intervención es tomada en cuenta y comprendida, se genera un capital social intangible pero de gran valor, que fortalece las relaciones dentro del equipo. Esta sensación de ser respetado y escuchado influye directamente en cómo cada uno se siente tratado y, en consecuencia, en cómo se desarrollan las siguientes interacciones.

Escuchar requiere esfuerzo

A pesar de que el acto de escuchar puede parecer simple, requiere un esfuerzo considerable. Estar plenamente presente en una conversación demanda concentración y energía, por lo que es recomendable que, en reuniones donde el objetivo sea escuchar, se tenga la energía suficiente. Si no estamos al 100% de nuestra capacidad, es más difícil mantener la atención en lo que se dice y comprender correctamente la información.

Desconectar para escuchar mejor

Un consejo adicional para garantizar que las reuniones sean productivas es evitar distracciones, especialmente en lo que respecta al teléfono móvil. En la era digital, las notificaciones constantes pueden desviar nuestra atención y dificultar la concentración. Durante una reunión, es fundamental guardar el teléfono y alejarse de las distracciones tecnológicas para poder centrarse plenamente en la conversación.

Al final, las reuniones son espacios que deben nutrirse de comunicación fluida, atención plena y respeto mutuo. Si se quiere que una reunión sea realmente efectiva y valiosa para todos los participantes, empezar por escuchar es el paso más importante. Este sencillo acto tiene un gran impacto en los resultados y fortalece las relaciones profesionales, creando un entorno más colaborativo y productivo.

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