El Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (Reglamento (UE) 2024/85) marca un antes y un después en la regulación de esta tecnología, fijando límites claros para proteger los derechos fundamentales y los valores de la Unión Europea. Entre los aspectos más relevantes del texto legal se encuentran las prácticas de IA consideradas de riesgo inaceptable, que quedan expresamente prohibidas.
Para facilitar la interpretación y aplicación de estas prohibiciones, la Comisión Europea ha publicado recientemente unas directrices que buscan garantizar una aplicación coherente y homogénea de la norma por parte de empresas, desarrolladores y usuarios de sistemas de IA.
Prácticas prohibidas por el Reglamento de IA
El Reglamento establece una lista cerrada de usos prohibidos de la IA, considerados incompatibles con los principios éticos y jurídicos de la UE:
- Vigilancia masiva en tiempo real mediante reconocimiento facial y tecnologías biométricas: Se prohíbe expresamente en espacios públicos accesibles, salvo excepciones muy concretas como la búsqueda de víctimas de delitos, la prevención de amenazas terroristas o la localización de personas sospechosas de delitos graves, siempre con autorización judicial previa.
- Clasificación biométrica por características sensibles: No se permite el uso de IA para clasificar personas en función de datos biométricos vinculados a raza, etnia, religión, orientación sexual, creencias políticas o estado de salud.
- Puntuación social: El reglamento prohíbe el desarrollo y uso de sistemas de IA que evalúen o clasifiquen a las personas según su comportamiento social, ya que estas prácticas podrían derivar en discriminación y exclusión.
- Explotación de vulnerabilidades: Cualquier sistema de IA que busque manipular el comportamiento de individuos aprovechando su edad, discapacidad o situación vulnerable queda prohibido.
- Reconocimiento emocional en entornos sensibles: El uso de IA para inferir emociones en el ámbito laboral o educativo está vetado, al considerarse una vulneración de la privacidad y la dignidad de las personas.
Impacto en las empresas
Las directrices publicadas por la Comisión Europea ponen el foco en el cumplimiento y en las consecuencias que tendrá para las empresas el uso inadecuado de tecnologías basadas en IA:
- Revisión de sistemas en uso: Las compañías deberán auditar sus sistemas de IA para asegurarse de que no incurren en prácticas prohibidas. La detección de usos no conformes obligará a retirarlos o adaptarlos de inmediato.
- Reestructuración interna: Las organizaciones tendrán que diseñar políticas internas de cumplimiento, establecer códigos éticos aplicables al desarrollo de IA y formar a sus empleados sobre las limitaciones legales.
- Aumento de costes de cumplimiento: El proceso de auditoría, adaptación de sistemas y contratación de expertos en ética y legalidad en IA conllevará costes adicionales, que las empresas deberán asumir para evitar sanciones y problemas reputacionales.
- Ventaja competitiva para empresas responsables: Las compañías que se adelanten al cumplimiento y lo conviertan en parte de su estrategia podrán reforzar su imagen de marca y mejorar la confianza de clientes, inversores y partners comerciales.
- Impulso a la innovación responsable: Las directrices subrayan que la innovación es bienvenida, siempre que respete los principios éticos y legales del reglamento. Cumplir con estos parámetros abre oportunidades en mercados internacionales y facilita la participación en proyectos europeos de investigación y desarrollo.
Sanciones por incumplimiento
El Reglamento de IA prevé un régimen sancionador severo:
- Multas de hasta 30 millones de euros o el 6 % del volumen de negocio global anual (la cifra más alta) para infracciones graves relacionadas con prácticas prohibidas o uso indebido de sistemas de IA.
- Multas de hasta 5 millones de euros o el 1 % del volumen de negocio global para casos de suministro de información incorrecta, incompleta o engañosa a las autoridades.
- Sanciones adicionales para incumplimientos menores, junto con medidas correctivas que pueden incluir la retirada de productos del mercado o la suspensión temporal de actividades.
El reto para las empresas: cumplimiento inmediato y vigilancia continua
La entrada en vigor de estas directrices refuerza la necesidad de que las empresas evalúen sus sistemas, desarrollen protocolos internos sólidos y cuenten con asesoramiento legal especializado en IA. No solo se trata de evitar sanciones económicas, sino de construir modelos de negocio sostenibles, basados en la responsabilidad y el respeto a los derechos fundamentales.
La Comisión Europea seguirá publicando guías y aclaraciones para facilitar la correcta interpretación de la norma. Las organizaciones que apuesten por la transparencia, la ética y la innovación segura tendrán la oportunidad de posicionarse como referentes en un mercado cada vez más regulado y exigente.