Las personas que tienen el móvil en silencio comparten un rasgo de personalidad en común, según estudios

En un mundo hiperconectado donde las notificaciones constantes forman parte del día a día, algunas personas optan por mantener sus teléfonos en modo silencio o sin vibración. Esta preferencia, lejos de ser un simple hábito, podría revelar características comunes en su personalidad, según estudios recientes en psicología y comportamiento digital.

Ansiedad y autoexigencia: el perfil de quienes silencian el móvil

Varios estudios han analizado la relación entre el uso del móvil y los rasgos de personalidad. Una investigación publicada en la revista Computers in Human Behavior sugiere que las personas que optan por el modo silencio o sin notificaciones suelen tener un mayor nivel de ansiedad y autoexigencia.

Los investigadores encontraron que estos usuarios, en muchos casos, evitan las notificaciones no por desinterés, sino por una tendencia a sentirse sobrecargados o abrumados por las interrupciones constantes. En otras palabras, en lugar de sentirse liberados por la ausencia de sonidos, pueden desarrollar un estado de hipervigilancia y revisar el móvil de manera compulsiva, precisamente para asegurarse de no haber perdido algo importante.

Un estudio de la Universidad de California también concluyó que quienes desactivan las notificaciones pueden desarrollar FOMO (Fear of Missing Out, o miedo a perderse algo). Aunque su intención inicial es reducir la ansiedad, paradójicamente, terminan revisando el teléfono con mayor frecuencia, generando una sensación de estrés constante.

¿Introvertidos o simplemente más selectivos?

Otro aspecto interesante del comportamiento digital es la relación entre el uso del móvil y la extroversión o introversión. Una investigación de la Universidad de Texas encontró que las personas más introvertidas tienen una mayor tendencia a silenciar el móvil, ya que prefieren interactuar con el mundo en sus propios términos y evitar la sobrecarga de estímulos.

Sin embargo, no solo los introvertidos adoptan esta práctica. También se ha visto en personas con alta autodisciplina y control del tiempo, quienes buscan minimizar distracciones para enfocarse en tareas importantes. Un estudio de la Universidad de Nottingham reveló que los individuos con mayor conciencia y planificación son más propensos a gestionar sus notificaciones de manera proactiva, silenciando aquellas que consideran innecesarias.

El impacto en la productividad y el bienestar digital

Silenciar el móvil puede tener efectos positivos en la productividad y el bienestar. Según un estudio del Journal of the Association for Consumer Research, las notificaciones constantes pueden disminuir significativamente la capacidad de concentración, afectando la eficiencia en el trabajo y los estudios.

Por ello, muchos expertos recomiendan establecer períodos de «desintoxicación digital» en los que se limite el uso del móvil, favoreciendo un mejor control del tiempo y reduciendo el estrés. Técnicas como el método Pomodoro, que combina tiempos de trabajo con pausas planificadas, o el uso de aplicaciones que bloquean notificaciones temporalmente han demostrado ser eficaces para mejorar la concentración.

Conclusión: un hábito con implicaciones psicológicas y emocionales

La decisión de mantener el móvil en silencio no es aleatoria y puede reflejar rasgos de personalidad asociados a la ansiedad, la autoexigencia y la necesidad de control sobre las interrupciones. Si bien esta práctica puede ayudar a mejorar la concentración y reducir la sobrecarga de estímulos, también puede generar una dependencia excesiva de la revisión manual del dispositivo.

Lo ideal, según los expertos en psicología digital, es encontrar un equilibrio saludable: establecer horarios específicos para revisar el móvil, gestionar las notificaciones de forma inteligente y evitar que la necesidad de estar siempre disponible genere ansiedad. En última instancia, el uso del móvil debe adaptarse al bienestar personal, y no al revés.

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